¿Has notado que últimamente tu gato bebe más agua de lo normal? Quizás tengas que rellenar su bebedero más a menudo o hayas observado que usa su bandeja de arena con mayor frecuencia debido a un aumento en la cantidad de orina. Estos cambios pueden ser indicativos de varias situaciones, desde causas fisiológicas normales hasta posibles problemas de salud.
En este artículo, te ayudamos a entender las diferencias entre ambos escenarios y cuándo es recomendable consultar con tu veterinario.
¿Cuánta agua debe beber un gato?
Antes de alarmarnos, es importante saber qué cantidad de agua es considerada normal para un gato. Aunque esto puede variar según factores como el peso, la edad y el tipo de alimentación, en general, un gato debe consumir aproximadamente 50 ml de agua por cada kilogramo de peso corporal al día y producir de 1 a 2 ml de orina por kilogramo de peso.
Causas fisiológicas: ¿por qué tu gato podría estar bebiendo más agua?
- Temperatura ambiental: Al igual que en muchas otras especies, los gatos tienden a beber más agua en climas cálidos para regular su temperatura corporal. Recuerda que los gatos solo sudan a través de las almohadillas de sus patas, por lo que su capacidad para enfriarse es limitada.
- Tipo de alimentación: Los gatos que se alimentan con comida húmeda suelen beber menos agua en comparación con aquellos que solo comen pienso seco. Si has cambiado recientemente de alimento húmedo a seco, es normal que notes un aumento en el consumo de agua.
- Estilo de vida: Si tu gato pasa mucho tiempo al aire libre, es posible que solo beba agua cuando regresa a casa después de explorar. Esto puede hacer que veas un aumento en su consumo de agua en ciertos momentos del día.
Causas patológicas: problemas de salud que pueden amentar la sed de tu gato
- Enfermedad renal: Esta es una de las causas más comunes de polidipsia (sed excesiva) y poliuria (aumento en la producción de orina) en gatos, especialmente en aquellos de edad avanzada. La insuficiencia renal puede desarrollarse de manera gradual o aparecer repentinamente debido a otras afecciones urinarias, como la obstrucción del tracto urinario inferior.
- Enfermedades hormonales: El hipertiroidismo y la diabetes mellitus son las principales afecciones hormonales que pueden aumentar la sed de tu gato. Además del aumento en el consumo de agua, estas enfermedades suelen venir acompañadas de otros síntomas. El hipertiroidismo, por ejemplo, puede causar hiperactividad, pérdida de peso, agresividad y un pelaje en mal estado. La diabetes mellitus se presenta típicamente con sed excesiva, aumento en la frecuencia de orina, apetito descontrolado y pérdida de peso.
- Fiebre: Cualquier aumento significativo de la temperatura corporal debido a infecciones o inflamaciones puede llevar a un incremento temporal en el consumo de agua.
- Enfermedades gastrointestinales: Los problemas digestivos, como el vómito o la diarrea, pueden hacer que tu gato pierda líquidos y electrolitos, lo que aumenta su necesidad de beber agua para compensar estas pérdidas.
¿Cuándo debes consultar a tu veterinario?
Si notas un aumento significativo y prolongado en la cantidad de agua que consume tu gato, lo mejor es acudir a tu veterinario de confianza. Un profesional podrá realizar las pruebas necesarias para determinar si hay una condición subyacente que necesite tratamiento.
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